150 g de pasta bucatini (o anelletti)
40 g de mozzarella
1 cucharada de aceite
200 g de leche fresca
20 g de mantequilla
20 g de harina
nuez moscada
sal
75 g de harina 00
140 ml de agua templada
2 huevos pequeños
1 litro de aceite de cacahuete
pan rallado al gusto
sal
Para 8 timbales
Empezar preparando la bechamel. Poner la mantequilla en un cazo y derretirla a fuego lento. Una vez derretida, retirar del fuego y verter la harina de una sola vez. Mezclar bien con un batidor de varillas, añadir leche fría y volver a poner en el fuego. Llevar a ebullición sin dejar de remover. Cuando la mezcla empiece a espesar, añadir la sal y la nuez moscada. Apagar el fuego y retirar el cazo. Dejar enfriar.
Poner una olla de agua a hervir. Cuando rompa a hervir, salar y cocer la pasta al dente. Escurrir la pasta y condimentarla con la salsa. Cuando esté templada, añadir la mozzarella en trocitos y la bechamel, y mezclar bien. Pasarla a una bandeja y nivelarla, dejar enfriar brevemente y cortar 8 discos de pasta con un cortapastas de 6 cm de diámetro. Recuperar la pasta sobrante para formar más discos.
Poner los discos en una bandeja forrada con papel de horno y ponerlos en el frigorífico durante al menos cuatro horas o, aún mejor, toda la noche, para que se compacten.
Pasado este tiempo, hacer una masa con la harina, el agua y la sal, mezclando bien con un batidor de varillas para que no se forme grumos. Pasar los discos de pasta primero por la masa para rebozar, luego por el pan rallado y, por último, por los huevos batidos y otra vez por el pan rallado.
Freír los timbales de poco en poco en aceite hirviendo durante unos minutos, procurando que queden dorados por ambos lados. Escurrirlos y ponerlos sobre papel absorbente para frituras para eliminar el exceso de aceite. Servir los timbales de pasta muy calientes.