Tarta de queso con vainilla y Salsafichi sin cocción

Para 4 personas
Forramos los lados y el fondo de un molde redondo desmontable de 16 cm de diámetro.
Trituramos las galletas con una picadora hasta reducirlas a polvo. Las pasamos a un bol, añadimos una piza de canela en polvo e incorporamos la mantequilla derretida. Mezclamos hasta obtener una consistencia parecida a arena húmeda y vertemos en el molde. Nivelamos la superficie con el dorso de una cuchara, compactando bien la masa, y luego ponemos el molde en el frigorífico.

Ponemos en remojo las hojas de gelatina en agua fría. Mezclamos en un bol el queso para untar, la robiola, el azúcar, la esencia de vainilla y la mitad de la nata. Trabajamos con una batidora eléctrica hasta obtener una mezcla lisa y homogénea.
Vertemos el resto de la nata líquida en un cazo pequeño y lo ponemos a calentar. Cuando rompa a hervir, apagamos el fuego y vertemos la gelatina bien escurrida en el cazo. Mezclamos inmediatamente para que la gelatina se disuelva, dejamos enfriar y añadimos a la mezcla de queso para untar. Mezclamos bien y vertemos la crema en el molde sobre la base de galletas. Nivelamos la superficie con el dorso de una cuchara y ponemos la tarta de queso con vainilla en el frigorífico durante un mínimo de 6 horas (mejor si es toda la noche).

Antes de servir, desmoldamos la tarta de queso, la pasamos con cuidado a un plato de servir y cubrimos la superficie con la Salsafichi.
Servimos la tarta de queso cortada en porciones.