300 g de patatas
200 g de bacalao desalado
1 diente de ajo
1 huevo
1 cucharada de pan rallado
sal
pimienta negra
200 g de harina 00
200 g de pan rallado
2 huevos
1 litro de aceite de cacahuete
Para 10 albóndigas
Lavar las patatas con piel, ponerlas en una olla con agua fría y cocerlas unos 50 minutos o hasta que estén blandas y se puedan pinchar con un tenedor. Escurrir las patatas y enfriarlas enseguida bajo el grifo para detener la cocción. Pelarlas y triturarlas.
Aparte, cocer el bacalao en agua hirviendo sin sal durante 10 minutos. Escurrir y dejar templar.
Triturar el bacalao con el ajo previamente pelado y sin el germen interior. En un bol aparte, poner las patatas trituradas, el bacalao desmenuzado, un huevo y una cucharada de pan rallado, salpimentar y mezclar bien hasta obtener una mezcla homogénea.
Poner la harina, el pan rallado y dos huevos batidos en tres recipientes separados.
Con las manos húmedas formar albóndigas de 50 g cada una. Pasar las albóndigas de bacalao y patatas primero por la harina, luego por el huevo y finalmente por el pan rallado.
Verter el aceite de cacahuete en una cacerola de bordes altos. Cuando esté a 160 °C, freír las albóndigas de poco en poco. Cuando estén doradas, retirarlas con una espumadera, escurrirlas bien y ponerlas sobre una hoja de papel para frituras. Servirlas acompañadas con abundante salsa agridulce con pimientos.